La visión borrosa o tenue, ver los colores apagados, tener mala visión nocturna, la aparición de halos alrededor de las luces y la sensibilidad a las luces brillantes pueden ser síntomas de cataratas.
Las cataratas relacionadas con la edad se desarrollan muy lentamente y son indoloras. De hecho, es probable que no nos demos cuenta de que nuestra visión está cambiando hasta que vamos al oculista para graduarnos los anteojos o los lentes de contacto. Durante este tipo de visitas rutinarias el médico nos realizará un examen ocular y nos preguntará si hemos experimentado alguno de los siguientes síntomas.
Es probable que observe que, independientemente de las veces que le hayan cambiado la graduación de la gafas, simplemente no puede ver con nitidez.
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Muchas personas manifiestan que los objetos parecen deslucidos o lo que recuerdan que era muy colorido ahora ya no lo es.
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Las cataratas pueden dificultar las tareas cotidianas, como conducir por la noche.
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Las cataratas pueden hacer que veamos halos brillantes alrededor de las luces, especialmente los faros de los coches.
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Es probable que haya notado que andar a la luz del sol es más doloroso o que vea destellos exagerados procedentes de superficies reflectantes como los parabrisas.
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